Dexter

Suzuka Ka

Pequeño homenaje a mi mejor amigo

Escribo esto para mí, a modo de “terapia”. Y porque esta es mi página personal, y gran parte de lo que soy a día de hoy es gracias a mi mejor amigo, Dexter, y quiero que tenga su propio espacio por aquí, para siempre.

Probablemente nadie lea esto, pero me hace ilusión dejar constancia de lo muchísimo que lo quise y le quiero.

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Recuerdo la primera vez que te ví. Volvía de la universidad de Murcia, y en casa no me dijeron nada. Cuando entré al comedor, vi la acumulación de pelos más bonita del mundo. Te vi enano, de pie como un corderito/oso pequeño, complétamente negro. De primeras, sabía que me mirabas solo por como dos pequeños brillos intuían tus ojos. Moviste rápidamente tu articulación de la alegría, y dabas pequeños pasitos sin moverte, como nervioso. Yo dejé todo en el suelo y me arrodillé, y ahí ya viniste hacia mí corriendo. Y ale, amigos para siempre, así de sencillo.

Fuiste la calma antes de la tempestad. No se me ocurre peor -y a la vez, mejor- momento en el que pudiste haber venido a mi vida. Me ayudaste mucho.

Siempre pensé que era “““fuerte”””. Capaz de “superar” ciertas cosas. Tal vez por “superar” entiendo simplemente el seguir siendo uno mismo (o a poder ser, “una mejor versión”) tras una mala situación que trastoca todo.

Pero no. Somos tan grandes como aquellos que deciden caminar a nuestro lado.

Dexter, eras como un superpoder para mí. Pasara lo que pasara, siempre estabas tú para alegrarme el día. Gran parte de mi fuerza, calma, paz, era gracias a ti.

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Incluso en la noche en la que murió mi madre fuiste capaz de hacerme sentir bien. Nunca olvidaré como me pusiste la patita en el pecho mientras estaba en la cama, cómo me mirabas. Tus ojos… Sé que tenías sensibilidad e inteligencia de sobra y sabías bien lo que estaba pasando, pese a que yo no te lo pudiera decir directamente.

Nunca he pensado que fueras un perro común. Sinceramente, carecías de esa confianza ciega con la gente, te gustaba mantener tu espacio, eras muy independiente, e hiper-protector. Siempre me pareciste más un lobo pequeño que un perro. Tal vez por eso valoraba aún más todos esos momentos en los que me demostraste una gran empatía.

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Pasear sin ti es dificil. He salido a pasear con tu correa, para sentirla en mis manos y sentir que vienes conmigo. Pero te veo en todos los lados. Y si no te veo, tengo la sensación de que al voltear la cabeza estarás detrás de mí.

Recuerdo cada peculiaridad tuya, tus hábitos, tus manias, las cosas que te gustaban hacer, todo lo que repetías, las interacciones/juegos que teníamos a modo casi de ritual, al pasar por ciertos lugares.

Pasé muchos meses, cuando aún podías correr en algunos momentos, diciendo y diciéndome a mí mismo que literalmente el “highlight” de mi día era siempre verte correr al cruzar la calle a la noche.

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Puede parecer poca cosa, pero para mí significaba un montón. Porque te veía muy feliz y me lo contagiabas. Veía la anticipación al momento, cómo me mirabas, como diciéndome “ahora voy a echar a correr hehe”. Cómo cuando venía un coche, hacía que te pararas con una señal, te ponías alerta y esperabas a que te diera la señal para correr. Y cuando salías corriendo, contrastaba mucho a lo lentecito que solías ir en tu última etapa.

Por cotidiano que sea, cada lugar en donde tengo un recuerdo contigo se ha conviertido en una especie de templo sagrado para mí. Como si de alguna forma los dos siguiéramos estando en esos lugares. Paseando, corriendo, jugando, simplemente sentados, viendo el amanecer o el atardecer. Como si solo hiciera falta viajar en el tiempo para volver a estar juntos en todos esos lugares.

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Qué cruel es la memoria:
resucita sin pedir permiso,
te inventa otra vez en mil reflejos
que no puedo tocar sin cortarme.

SZK

Pero sé que si duele es porque fueron importante. Doy las gracias por todo.

Una -gran- parte de mí se niega a admitir que la conexión que había entre los dos, que el amor, el cariño, etc. entre dos conciencias/seres vivos/almas se desvanezca por uno de los lados solo por el mero hecho de que el cuerpo en el que estabas dejó de funcionar, y que sea yo el único el que ahora sostiene nuestro vínculo.

Elijo creer por pura supervivencia. Porque duele ver como la vida te da, pero también te va quitándo poco a poco a aquell@s que te dan la vida y la alegría, y es como que una parte de ti también se apagara cuando ellos lo hacen. Como si el mundo se volviera peor. Creo que por eso considero tan importante la memoria, el recordar. Porque al final es el último vínculo con ell@s, el más íntimo, y aquel que jamás nadie nos podrá quitar. Por eso quiero recordar todo sobre ti, seguir viéndote en todos los lugares a los que voy, aunque duela, porque sigues vivo dentro de mí, y eso en el fondo es reconfortante.

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Me quedo con la situación tan insólita que me sucedió el día después de que te marcharas, y del que tuve la suerte de que un amigo fuera testigo, como recordatorio de que, tal vez de alguna forma, sigues conmigo.

Decido creer eso. La esperanza es importante, sin esperanza no hay vida.

Gracias

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Quiero decirte, por último, que tu paso por este mundo ha sido positivo. Has hecho muy felices a muchas personas y has mejorado increíblemente sus vidas. Y también darte las gracias.

Gracias por tu amistad y por tu compañía.

Gracias por tu lealtad.

Gracias por tu tiempo.

Gracias por ayudarme a ver que la vida seguía siendo bonita.

Gracias por sacarme a pasear cuando no tenía ganas.

Gracias por cuidar de mí.

Gracias por haberme hecho tan feliz.

Gracias por haber influido tanto en mi personalidad. Nuestros paseos kilométricos, todos esos momentos de paz y de reflexión caminando por la naturaleza, viendo incontables amaneceres y atardeceres, escuchando y decubriendo incontables discos de música que amo y que son muy importantes para mí. Tantos momentos de paz, simplemente estando a tu lado, difrutando del momento, de tu compañía y del paisaje, me han hecho la persona que soy.

Has sido como un maestro para mí durante estos 15 años. Mi mejor amigo, y mi mejor compañía.

Daria lo que fuera por volver a dar un paseo contigo. Solo nosotros dos, la música, el paisaje y el momento.

Gracias por todos los paseos que tuvimos.

Te he querido mucho, te quiero mucho, y siempre te voy a querer un montón. Te echo de menos, y sé que te voy a echar siempre de menos, Dexter.

Gracias por formar parte de mi vida y de mí.

Nos vemos, Dexter.

Death is a wall but it can’t be the end
You are my protector and my best friend

Lord Huron - In the Wind
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Gracias Dexter